Partimos a las 22.00 hrs de un dia Jueves desde el Terminal Sur (Santiago de Chile) y llegamos a la Ciudad de Puerto Montt a eso de las 10.00 am, ahi fuimos a comprar los pasajes para Hornopiren y luego nos fuimos a recorrer y descansar un poquito del extenso viaje.
A pesar de ser de noche el viaje fue muy cansador, los buses siempre me cansan, una nunca puede dormir bien, la verdad llegas con el cuerpo cortado y la sensacion de que no vas a recuperar ese sueño pronto me dejaba un poco neura, pero Nacho y su paciencia infinita me hacia recordar que estabamos ahi para eso y entonces ya se me iba olvidando todo.
En Puerto Montt fuimos al centro, en una farmacia compramos algunas cosas de uso practico que pudieramos necesitar, como parches curitas , paracetamol y unos laxantes porque con los viajes nos ponemos medios trancaditos... despues de eso comimos helados y hasta nos dimos el tiempo de ir a una tienda de ropa usada y comprar 3 manteles grandes por $500 en total, los que nos fueron de mucha ayuda en el viaje (hasta de cubre pies por las noches), luego fuimos al supermercado y ahi empezo mi odisea por encontrar un cajero automatico que estuviera bueno, realmente fue una "Joda!" porque estaban todos en reparación y vaya que nos costó comprar, finalmente tuvimos nuestro par de pancitos, bebidillas y guarniciones como queso, jamon, ketchup y mayonesa para amenizar el almuerzo, unos tomatitos tambien para ayudar a la digestion... asi que partimos a comer porque a esa hora ya teniamos hambrecilla.
Fuimos a ese parquecito que esta detras del terminal y que da al mar, con vista a un enorme crucero que estaba "estacionado"... Todo bien si no fuera por las indeseables molestias de los Gitanos que mandaban a cada rato a sus hijos a pedirnos dinero, una pena ver a esos chiquititos asi, pero bueno, llegadas las 2 de la tarde emprendimos el viaje a Hornopirén, con la guatita llena y el corazón contento.
En el camino vimos a unos chicos que al parecer iban para alla también, pero no conversamos mas que lo minimo, en realidad nosotros somos algo timidos y nos costo conversar con la gente... con los gringos nos fue mas facil porque al Nacho le encanta hablar en Inglés.
Menos mal llegamos con algo de luz a Hornopirén, un lugar precioso, lleno de mucha magia, acampamos en el "Camping de Don Pablo", en realidad solo era una casa con algo de pasto que nos dejó poner la carpa en su patio, luego de armar y conversar un poco con los dueños de casa nos fuimos a caminar por el pueblo. Las casas muy sureñas, mucho humo de cocinas a leña y esos olores propios del Sur...
Mientras ibamos caminando me llamo la atención fotografistica un barco bastante singular, estaba varado, viejo, en desuso, y junto a él una animita con flores artificiales, le tome unas cuantas fotos y seguimos la ruta... Un poco mas alla habian fiestas costumbristas, ahi probamos los Milcaos y Chapaleles propios de la zona sur de Chile, en general es gente muy amable y simpatica, nos conversaron bastante.
Y durante la mañana nos dieron hasta desayunito con tecito caliente, fue lo mejor, la señora mama de don Pablo se porto super bien con nosotros, espero poder volver y verla una vez mas, bueno asi que con ella conversamos harto rato, bueno, lo unico malo fue que nos perdimos de ir al Parque Nacional de Hornopiren , pero en realidad nuestra meta era llegar a Pumalin, ya habra otros viajes para recorrer con mas detalle...
Esta historia continuara....
